El mes de marzo tiene características peculiares en los estuarios atlánticos santacruceños, en particular en el estuario del río Gallegos. Es el tiempo en que se produce un recambio de las especies que permanecen y se alimentan en estas marismas fangosas de alta productividad y donde es posible avistar un gran número de ellas que se preparan para un largo viaje al hemisferio norte –las aves neárticas- o a los ambientes costeros de la Patagonia, en el caso de algunas de las migratorias patagónicas.

El Programa de Participación Comunitaria “Guardianes del Estuario” es un  proyecto implementado por la Asociación Ambiente Sur. Ellos nos recuerdan que, entre las especies que descansan y se alimentan para aumentar significativamente su masa muscular con el fin de afrontar un viaje de miles de kilómetros hacia el Ártico, encontramos al Playero rojizo y a la Becasa de mar.

La Becasa de mar (Limosa haemastica), es un ave migratoria que llega al estuario local desde el hemisferio norte. En su viaje hacia el sur en la primavera y el verano australes, llega hasta la Bahía de San Sebastián en Tierra del Fuego, una de las principales áreas de concentración no reproductiva, entre octubre y diciembre, haciendo un paso por nuestro estuario para alimentarse y descansar. En su retorno al hemisferio norte, donde nidifica, vuelve a visitar las costas locales a partir de mediados de febrero hasta mayo.