Pequeñas aves, distancias continentales
Aves Playeras Neárticas
Las aves playeras son un grupo diverso de aves del orden Charadriiformes, que incluyen chorlos, chorlitos, avocetas, ostreros y falaropos. Hay aproximadamente 217 especies reconocidas de aves playeras en el mundo; 81 de las cuales viven en el continente americano durante todo o parte de su ciclo de vida; 52 especies se reproducen en Norteamérica y 35 especies se reproducen en Centroamérica, el Caribe y América del Sur.
La mayoría de las aves playeras se encuentran cerca del agua, pero varias especies prefieren hábitats lejos de la costa. Otra de sus características son las migraciones que realizan, conectando lugares en todo el mundo lo que hace que estas especies sean vulnerables a las perturbaciones naturales y antrópicas.
Aunque todas estas aves viven en estrecho contacto con el agua y buscan su alimento en el limo de la marea baja y en aguas dulces poco profundas, son pocas las que saben nadar; en consecuencia, los trayectos marítimos son tan arriesgados para ellas como para las aves terrestres. El hecho de que sean capaces de realizar largos viajes a través del océano estriba en su extraordinaria aptitud para el vuelo. Las alas largas y finas de la mayoría de estas aves son las que les permiten volar con rapidez y eficacia. Por cada caloría de energía consumida, son capaces de llegar más lejos que cualquier otra ave de igual tamaño pero menos eficiente.
Las aves playeras que son migratorias de larga distancia nidifican en áreas tan lejanas como el Ártico de Norte América durante el verano boreal, migrando hasta sus sitios de estadía austral en el Hemisferio sur, como Río Gallegos y Tierra del Fuego, para permanecer desde la primavera al verano. Estas son llamadas “migrantes neárticas”.
Un pico largo, curvo y grueso distingue al Playero trinador del resto de los playeros.
Migrantes neárticas en los estuarios atlánticos santacruceños
Entre las especies neárticas que llegan a las costas santacruceñas, hoy identificaremos a tres de ellas: el Playero rojizo (Calidris canutus rufa), la Becasa de mar (Limosa haemastica) y el Playero trinador (Numenius phaeopus).
El Playero rojizo mide 22 cm, es grande y robusto, lo que permite diferenciarlo fácilmente de otros playeros similares. En el período no reproductivo, época en que se observa en nuestras costas, presenta un plumaje gris-pardo con manchitas negruzcas y tiene una ceja blanca. El vientre es de un blanco no muy puro y las patas y el pico son de color oliváceo. El plumaje nupcial (primavera y verano boreal) es de una coloración más llamativa ya que el pecho se torna progresivamente rojizo.
El “Rojizo” es una especie considerada de gran preocupación para la conservación en todo el hemisferio occidental y especialmente la subespecie rufa que llega hasta el Estuario del río Gallegos, cuyo status de conservación es “En peligro de extinción”. La población de esta subespecie ha disminuido drásticamente en los últimos veinticinco años.
La Becasa de mar mide 37 cm, el pico es largo, de unos 8 cm, con una leve curvatura hacia arriba, característica de esta especie; las patas también son largas y la coloración general del cuerpo es gris pardusca. En el estuario -durante el mes de marzo- cuando inicia su regreso al Ártico, es posible en algunas oportunidades observar el cambio de su plumaje de pardo a completamente rojizo, que corresponde al plumaje nupcial.
Esta especie se alimenta activamente durante la bajante del mar, vadeando aguas poco profundas y detectando almejas y gusanos poliquetos con su sensitivo pico. Con la pleamar descansa sobre las marismas al igual que otras playeras, en ocasiones con grupos de Playeros rojizos, por ser muy gregaria. Nidifica en el hemisferio norte y pasa el invierno en nuestra zona y en las costas de Tierra del Fuego.
El Playero trinador es una especie migratoria que mide 40 cm. y es fácilmente distinguible ya que se diferencia del resto de los playeros por su largo pico, curvo y grueso. Otra característica singular es la presencia de una serie de franjas café oscuro y blanquecinas en la cabeza y una notable ceja clara. El dorso y pecho son estriados, mientras que el vientre es blanco-ocráceo.
Se lo puede observar generalmente en pequeños grupos dispersos por la playa, buscando gusanos poliquetos que captura con su pico y suele formar bandadas mixtas con ostreros, becasas y gaviotas.
Este Playero nidifica en el hemisferio norte y migra al sur de Sudamérica durante nuestro verano. Dado que migran por las costas del Océano Pacífico, solamente unos pocos individuos llegan a la Argentina (la mayoría permanece en Chile) por lo que su continua presencia en la Reserva Costera Urbana de Río Gallegos es de especial interés.
Playeros rojizos y Becasas de mar se alimentan en el estuario del río Gallegos en una de sus escalas migratorias entre el hemisferio norte y Tierra del Fuego.
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