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Chorlito ceniciento: cada nido cuenta

Acciones para evitar la destrucción de nidos

El Chorlito ceniciento o Chorlo de Magallanes (Pluvianellus socialis) es una de las especies endémicas (sólo habitan un determinado ámbito geográfico) que nidifican en la Patagonia austral.

Se trata de un ave playera considerada en Chile y Argentina en peligro de extinción. El Proyecto Pluvianellus, donde converge el trabajo por las aves playeras de la Asociación Ambiente Sur, en Río Gallegos, y el Centro de Rehabilitación de Aves Leñadura (CRAL) de Punta Arenas, Chile, con el apoyo de la ONG Manomet, actualizó -mediante dos censos simultáneos en ambos países realizados en 2021/2022- el número de la población estimada de la especie, que había disminuido drásticamente y serían actualmente no más de 500 individuos.

Esto ha motivado reconsideraciones de su categoría de conservación a nivel global: en diciembre pasado la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo incluyó en la Lista Roja de aves de 2023, en la que el Chorlito ceniciento fue declarado oficialmente “En Estado Vulnerable”, un paso significativo para incrementar las acciones y apoyos por su conservación y, por tratarse de una especie paragua, por sus ambientes asociados; a su vez, el pasado 17 de febrero en Samarcanda, Uzbekistán, la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres, aprobó incluir este ave playera en su Apéndice I, como especie migratoria en peligro.

En este contexto, el Proyecto Pluvianellus desarrolla diversas estrategias para la conservación de la especie, tales como investigación y divulgación científica, trabajo de campo, censos, monitoreos y acciones de sensibilización y educación ambiental.

La protección de los nidos

Las aves playeras suelen anidar sobre el suelo, lo que las convierte en vulnerables a los depredadores durante la época de cría. Muchas de las adaptaciones de los huevos y lugares de nidificación les permiten camuflarse con su entorno e incubar sus huevos sin ser vistas.

Por este motivo, durante la temporada reproductiva del Chorlito ceniciento, es crucial proteger a los nidos frente a las amenazas que enfrenta, para evitar su destrucción por pisoteo, tráfico de personas o vehículos y la acción de los predadores.

Así es que, por segunda vez consecutiva durante la temporada reproductiva, en la primavera y el verano australes, se instaló infraestructura para la protección de nidos, similar a la utilizada en Europa para otras aves playeras, pero que se usa por primera vez en el caso del Chorlito ceniciento. Se trata de una infraestructura mínimamente invasiva que se coloca mediante un protocolo de procedimiento para que la especie pueda aceptarla y adaptarse a la misma sin interferir en su dinámica natural, de acuerdo al tipo de comportamiento que tiene en el momento reproductivo.

La instalación de esta infraestructura permitió a Ambiente Sur documentar que es posible compatibilizar las acciones de conservación de esta y otras especies de aves con el manejo ganadero en la región. Por ello, la ONG continúa desarrollando acuerdos con los propietarios ganaderos con el fin de mostrar que pueden articularse las acciones de conservación con las actividades pecuarias.

Durante la temporada reproductiva del Chorlito ceniciento, los Guardianes de Chorlos protegen los nidos para evitar su destrucción.

El apoyo para este protocolo de protección de los nidos está dado por la presencia de los Guardianes de Chorlos y registros fotográficos de la actividad de la especie.

El Programa de Guardianes de Chorlos se implementa en temporada reproductiva como no reproductiva y busca tener presencia en los sitios clave de la especie. En temporada reproductiva, los técnicos permanecen en los sitios enfocándose en la protección de los nidos, un trabajo que se realiza enmarcado en los correspondientes permisos de investigación y en articulación con la Autoridad de Aplicación, tanto en Santa Cruz como en Tierra del Fuego; en temporada no reproductiva, la tarea es el monitoreo de amenazas en los sitios invernales donde  se encuentra la especie.

María Luz Alsina, Coordinadora de Conservación de Ambiente Sur, evaluó que, “en términos generales, en esta primera experiencia la aplicación del protocolo  ha tenido resultados exitosos”. Agregó que “así como decimos que ´cada individuo cuenta y cada nido cuenta´ en relación al Macá tobiano, también es así en este caso, por lo que cada nido en que podamos colaborar para su protección es importante”.

Nosotros

Somos una asociación civil sin fines de lucro, creada en Marzo de 2007. La conformamos un grupo diverso de profesionales y amantes de la naturaleza con la misión de conservar y generar proyectos de educación ambiental con participación ciudadana en pos de la salud y el disfrute del ambiente local

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