Asimismo, su importancia estratégica para la comunidad de Río Gallegos radica en que nos asegura a los habitantes de la zona uno de tantos servicios que la naturaleza nos brinda gratuitamente, la transición y natural regulación entre los ambientes acuático y terrestre, al actuar sus marismas y planicies intermareales como zona de amortiguación de las mareas y, a partir de su protección legal, un mejor ordenamiento y planificación de la ciudad hacia la costa.

El estuario constituye entonces, entre una de sus principales funciones como sistema natural, un lugar con alta riqueza en fuentes de alimento y un sitio de descanso y alimentación para miles de aves playeras durante sus movimientos estacionales, así como un destino final para otras especies. La importancia biológica de este ecosistema queda manifiesta en el hecho de albergar a más del 10 % del total mundial de población de algunas de estas especies, varias de ellas de alta prioridad conservacionista dada la constante disminución de sus poblaciones, tales como el Playero Rojizo, el Playerito Rabadilla Blanca, la Becasa de mar, etc., migratorias continentales, además de las aves endémicas de la región patagónica como el Chorlito Doble Collar y el Ostrero Austral, entre otros, y especies que se encuentran en peligro crítico de extinción, como el Macá Tobiano y el Cauquén Colorado.